A George no le gusta que se utilice el término “antiglobalización” para designar al movimiento que está escenificando a escala internacional el rechazo a un mundo diseñado de acuerdo con los intereses de las multinacionales.
Un grupo de expertos recibe el encargo de crear un informe en el que se especifiquen los aspectos más negativos e intrínsecos sistema capitalista y la forma en la que hipoteca el futuro del planeta. Asimismo se pide que en dicho informe se reflejen las posibles soluciones para que este sistema se mantenga en un futuro.
La autora habla a través de este ficticio informe del crecimiento descontrolado de la producción de bienes, los costes ambientales crecientes, el ensanchamiento de la falla entre ricos y pobres o las hambrunas como factores principales de un camino hacia el desastre.
Asimismo Susan George hace referencia crítica también a las instituciones internacionales que se han creado para proteger e imponer este sistema por todo el mundo.
Frente a este crecimiento descontrolado protagonizado por las multinacionales, la autora exige una adaptación progresiva que disminuya las diferencias existentes entre la gran minoría de ricos y la grandísima mayoría de pobres, que se pongan en marcha políticas medioambientales serias, que se reestructuren tanto la industria automovilística como la de armamento. También toma otras medidas como controlar la superpoblación existente en el mundo para que el capitalismo pueda seguir funcionando, ya que antes o después el crecimiento de este sistema tendrá que parar a la fuerza, por límites ecológicos y demográficos entre otros.
Se trata de una crítica en voz muy alta al capitalismo y al libre mercado, siendo uno de los manuales imprescindibles para comprender el sistema que se está llevando a cabo en el mundo hoy en día.
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