Un Senado para el S.XXI
El consejo de Estado en su Informe sobre Modificaciones de la Constitución española (proyecto) presentado en enero propuso la reforma del Senado.
La reforma es necesaria puesto que la realidad del Estado de las Autonomías ha cambiado y el Senado se ha convertido en una institución un tanto anacrónica que no representa el marco actual autonómico. La España de 2006 no es la misma que la de 1978 y la sociedad española del S.XXI necesita que la Cámara Alta se adapte a la realidad del momento y que el Senado sea una auténtica cámara de representación territorial ejerciendo como tal.
Con el cambio, el Senado tendría más poder legislativo en cuestiones territoriales de ámbito autonómico, complementando la función de la Cámara Baja. Asimismo se modularía la participación de las distintas Autonomías en la política general del Estado.
En el proyecto se pone de manifiesto la voluntad de que la elcción de los senadores se realice de un modo directo, eligiendo cada una de las Autonomías a seis senadores, y otro más por cada millón de habitantes. Y aquí es donde algunas comunidades disienten, puesto que verían mermada su representación. Este sistema otorgaría una gran relevancia a las decisiones autonómicas en conjunto primando lo autonómico frente a lo provincial.
Se hace necesario buscar un modelo de lección justo, que satisfaga a todos. Por tanto hay que llegar a un consenso, a pesar de los distintos intereses opuestos.
El consejo de Estado en su Informe sobre Modificaciones de la Constitución española (proyecto) presentado en enero propuso la reforma del Senado.
La reforma es necesaria puesto que la realidad del Estado de las Autonomías ha cambiado y el Senado se ha convertido en una institución un tanto anacrónica que no representa el marco actual autonómico. La España de 2006 no es la misma que la de 1978 y la sociedad española del S.XXI necesita que la Cámara Alta se adapte a la realidad del momento y que el Senado sea una auténtica cámara de representación territorial ejerciendo como tal.
Con el cambio, el Senado tendría más poder legislativo en cuestiones territoriales de ámbito autonómico, complementando la función de la Cámara Baja. Asimismo se modularía la participación de las distintas Autonomías en la política general del Estado.
En el proyecto se pone de manifiesto la voluntad de que la elcción de los senadores se realice de un modo directo, eligiendo cada una de las Autonomías a seis senadores, y otro más por cada millón de habitantes. Y aquí es donde algunas comunidades disienten, puesto que verían mermada su representación. Este sistema otorgaría una gran relevancia a las decisiones autonómicas en conjunto primando lo autonómico frente a lo provincial.
Se hace necesario buscar un modelo de lección justo, que satisfaga a todos. Por tanto hay que llegar a un consenso, a pesar de los distintos intereses opuestos.
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